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PRENSA

Mi ciudad perdida

«Mi ciudad perdida» – por Malena Rey

Destilando lecturas eclécticas y un humor corrosivo, las prosas cortas de Milita Molina tienen el ritmo de zapada violenta y visceral.

«Un agujero ‘belga’ en la literatura argentina» – por Pablo E. Chacón

En Mi ciudad perdida, la escritora Milita Molina compone un mosaico cuya estructura, fragmentada o irregular, se reproduce a diferentes escalas, repitiendo personajes escondidos en una suerte de simulacro de trama que consigue provocar una escritura, que destaca la sensación de pérdida que atraviesa el libro.

«Vengar la utopía de la frase» – por Daniel Gigena

Molina parece desbaratar un, a estas alturas, cliché literario -y hay que apuntar que no se está tan mal si una frase de Rilke y Saer, entre otros, es un cliché-, aquel que afirma que la patria es la infancia o el lenguaje de la infancia.

«Mi ciudad perdida» – por Revista Rumbos

En Mi ciudad perdida y a partir de una treintena de relatos breves, se dedica a recordar la Santa Fe de su infancia y juventud.

«La alegría no tiene género» – por Mariano Dupont

Cruzando lo alto y lo bajo, lo literario y lo oral, Milita Molina vuelve a desplegar una escritura feroz con la risa de fondo.